La historia detrás de esta funda de notebook es bastante especial.
Thomas Ulrich, un reconocido fotógrafo y piloto de parapente, volaba tranquilamente en biplaza con su pasajera un día nublado en la zona de Interlaken. De repente, apareció otro parapente y chocaron. Un momento letal para todos.
La vela de Thomas se partió en dos, por lo que utilizó su paracaidas para terminar el descenso. Afortunadamente, él y su pasajera aterrizaron en un árbol desde el que pudieron sacarse fotos alegremente.
¡Desde ese momento tenemos su vela! Y, como agradecimiento, le dimos una funda para su notebook como recuerdo.