Cada vez que recibimos un viejo parapente nos llena de alegría y nos emociona conocer su historia.
Frédéric Montet, un gran competidor de acro, llegó a nosotros para darnos su antigua vela, un objeto muy especial por las largas horas de vuelo compartidas, los desafíos superados y la confianza generada en cada una de las acrobacias.
Sabemos que entre cada piloto y su vela se genera un lazo muy especial. Y Fred es un ejemplo de eso.
El día que vino a nuestro taller, compartimos una merienda y nos contó sus increíbles experiencias. También le mostramos todos los productos reciclados que hacemos con las telas de parapente que otros pilotos donaron anteriormente. A él le llamaron especial atención las fundas para notebooks.
Así que le ofrecimos realizar su funda con un detalle de su antiguo parapente para que le quede como un recuerdo eterno.